Se va Lolo Rico y con ella el escenario de nuestra infancia.
Uno, sabe que se está haciendo mayor cuando una parte importante de sus referentes culturales van desapareciendo. Esta semana la mayoría de los medios de prensa de nuestro país, se han hecho eco de la muerte, de María Dolores Rico Oliver, más conocida como Lolo Rico, esta mujer fue la directora del programa infantil y juvenil más brillante, transgresor y creativo de la historia de la televisión, La Bola de Cristal.
Lolo Rico fue la primera programadora infantil que trató a los niños sin ñoñería como seres inteligentes, ofreciéndonos a los que éramos niños en los 80, una programación estimulante que despertaba nuestra curiosidad.
Alaska, con su estética punk, fue la conductora de La Bola, desde el primer episodio emitido, en octubre del año 84 hasta el último, en julio del 88. El programa se dividía en tres espacios: los electroduendes, el librovisor y la banda magnética, a través de los que se fomentaba la lectura, el ecologismo, la ciencia y el trabajo en equipo. También se hablaba de cine, magistrales los fragmentos en los que nos enseñaban quién era James Dean, Paul Newman o Humphrey Bogart… Además recitaban a Homero, Shakespeare, nos enseñaban pinturas como la famosa “Ofelia” del maestro Prerrafaelita, John Everett Millais, integrando todo este contenido cultural dentro del programa, de manera natural para que nos resultara ameno.
Tanto para los niños como para los jóvenes, las mañanas de los sábados se convertían en una autentica fiesta, aunque éstos probablemente, ya se hubieran “corrido la fiesta” la noche anterior, unos y otros, no nos perdíamos La Bola, tal y como declaraba la propia Alaska “Los que no eran tan niños se levantaban legañosos después de una buena noche de viernes y se encontraban con los grupos de música del momento u otros desconocidos” y, es que por La Bola pasaron: la propia Alaska, Santiago Auseron, Loquillo, Burning, Los Secretos, La Unión, Los Nikis, Golpes Bajos, Gurruchaga…. Lo mágico de La Bola es que la horquilla de edad a la que iba dirigida era muy amplia, los niños nos pegábamos a la pantalla, alucinando con los colores, el humo y los cables, mientras que los mayores, además de disfrutar de los grupos del momento, podían disfrutar de un programa cultural magnífico.
Ahora que la mayoría de los espacios infantiles y juveniles vienen “enlatados” se echan en falta programas de producción propia, que aunque cuenten con pocos recursos tiren de la creatividad para «fundirnos con el plasma» como lo hacía La Bola de Cristal, cada sábado.
Seguramente, se me queden en el tintero muchas cosas, puesto que La Bola tenía muchos matices, cómo olvidar, La Pandilla o La Familia Adams, magníficas series, que Lolo Rico recuperó para nosotros, pero la tinta se va agotando y la pluma caprichosa, cobra vida ciñéndose, únicamente a los míticos y transgresores lemas de los guionistas de La Bola :
“Si no quieres ser como ellos, lee”
«Solo no puedes, con amigos sí»
“Tienes 15 segundos para imaginar: si no se te ha ocurrido nada , a lo mejor deber ver menos tele”
“Vamos a desaprender para desenseñar como se hacen las cosas”
“ Usa la máquina, no seas máquina”.
“Zoom, zoom…, culombio, culombio zoom, zoom…, y me pego un voltio, apréndete estas palabras ,son el nuevo abracadabra….”
Artículo de Carmen Rodriguez @MariaCarmenRo10
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